Seguro que te ha pasado alguna vez algo parecido: planificaste con una amiga un día en un balneario y cuando faltan pocos días no tienes ningunas ganas de ir. No es culpa de tu amiga, ni de que no tengas ganas de pasar un día de relax, sino que no te encuentras bien contigo misma… estás baja de moral y no tienes ganas de hacer nada. Otro dilema: tu hermano, que en principio no iba a dar una fiesta de cumpleaños para tu sobrinita, al final decide organizarla y tú ya habías quedado para ir a cenar a casa de los vecinos. ¿Qué haces? ¿Anulas la cita?
Anular una cita, a veces, puede ser liberador
"Me encanta cuando se anulan algunas citas."
Dicen algunas amigas y conocidas que he encuestado. Otra confiesa que ‘No sabes
cuánto disfruto cuando se anula una cita y por ello tengo la noche libre para
hacer lo que quiera en ese preciso instante’. Le pregunto si eso ocurre a menudo. A lo que responde: ‘¡No!, y
por esto es tan agradable cuando inesperadamente dispongo de un tiempo libre
extra. Yo nunca anulo una cita, a no ser que me encuentre muy, muy mal.’
Sentirse rechazada
Marta me comenta que le duele que a última hora
anulen una cita. ‘Yo siempre cumplo. A mi no me gusta que me dejen ‘plantada’
al último momento. Incluso ha habido gente que había quedado asistir a mi
fiesta de aniversario y no se tomaron la molestia de llamar para decir que no
venían. Para mí, esa persona comete una falta de respeto.’ Marta reconoce que
se siente rechazada cuando una amiga la
llama de improviso diciendo que no puede quedar. La razón tiene que ser muy
buena para que no se quede con ese sentimiento de rechazo que tanto la puede
martirizar.
Dolores piensa que es importante ser sincera a la
hora de dar el motivo por el cual uno anula una cita. Es cosa de amigos ser
sinceros y comprender el motivo por el cual la otra persona no puede cumplir. ‘Yo
comprendo que a veces, si uno no está “de humor” prefiera quedarse en casa o
hacer otra cosa y no tener que “hacer el papelito”.
La familia ante los amigos
Helena dice que por poco que pueda, siempre cumple
con sus compromisos. Solamente si se encuentra muy enferma anula alguno. Y para
ella, los acontecimientos familiares siempre tienen prioridad frente a los
encuentros con los amigos. ‘Si inesperadamente se organiza algo para la familia
y ya tengo una cita con los amigos, la anulo. Me siento obligada a ello…
supongo me es lo que hacían mis padres y sigo haciendo yo!.
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