Los peelings se llevan todas las células muertas y toxinas acumuladas en la superficie de la piel.
Lo ideal sería exfoliar una vez a la semana el rostro y dos veces a la semana el resto del cuerpo ya que se regenera con menos velocidad.
Ya que nos gusta lucir de moreno en verano, para conseguir un color uniforme, es esencial hacernos una exfoliación dos días antes del primer baño de sol. Es la mejor base para que, aplicando una crema solar adecuada a tu tipo de piel, obtengas un moreno natural y sin manchas. Además la crema solar hará bien su función ya que penetrará correctamente en la piel limpia protegiéndola efectivamente y evitando su envejecimiento.
También durante
el verano hay que seguir exfoliando. Procura que siempre sea cuando no hayas
tomado el sol ni 12 horas antes de tomarlo. Lo de que la exfoliación se ‘lleva’
el moreno no es cierto, ya que la melanina se encuentra bajo la capa de la
piel.
Existen muchos
tipos de exfoliantes en el mercado. Hay para todos los gustos: de grano pequeño
o más fino. A mi particularmente me gustan los de grano fino para el rostro y
los de grano más grueso para el resto del cuerpo.
Si quieres
conseguir un cuerpo suave como la seda, hazte una exfoliación antes de ir a la
cama y aplícate una crema hidratante. La piel se regenera por la noche, por lo
que el efecto de los productos es mucho mayor que si lo haces por la mañana o
durante el día.
No te hagas nunca
un peeling con ácidos en época de primavera-verano ya que el riesgo a que te
salgan manchas es muy alto. Tienes que pensar que al eliminar la capa exterior
de la piel, ésta se queda desprotegida y por tanto es mucho más sensible. Si lo
que deseas es eliminar manchas con una exfoliación, espera a hacerlo en
temporada de invierno.
Una receta
natural para preparar un exfoliante en casa y que a mí me gusta mucho es la
siguiente:
Mezcla
tres cucharadas de aceite de almendras con tres cucharaditas de azúcar.
Aplica sobre el rostro, masajea y enjuaga con abundante agua. La piel queda suave y un poca roja por la activación de la circulación sanguínea.
Aplica sobre el rostro, masajea y enjuaga con abundante agua. La piel queda suave y un poca roja por la activación de la circulación sanguínea.
Si lo que
quieres es mineralizar la piel, aplícate después una mascarilla de turba (por
ejemplo la OG de Irlanda). Verás el efecto inmediato que produce en tu piel que
se ve rejuvenecida, más luminosa.
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