Estar
sentado todo el día es igual o más perjudicial que estar de pie. No es extraño
que debido a posturas no adecuadas, aparezcan las siguientes molestias: hernia,
dolor en los hombros y cervicales, RSI. ¿Lo arreglamos todo con una buena
silla? En parte sí pero moverse de vez en cuando es la clave para evitar
molestias.
¡Muévete…para seguir sentada
sin sentir molestias!
Las
personas no estamos hechas para estar todo el día sentados. El ser humano en su
naturaleza más primaria era cazador, lo que conllevaba estar en continuo
movimiento y en contacto con la naturaleza. Actualmente nos pasamos horas
sentados y encerrados en una oficina. Procura pasar una parte del día en el
exterior y en movimiento. Una buena opción es ir al trabajo andando. Sí,
deberemos levantarnos un poco antes para llegar puntuales al trabajo, pero es
posible que podamos compensar la hora de gimnasio de esta forma, con lo que al
final, terminas ahorrando tiempo y te sientes mucho mejor.
Si
prácticamente no nos movemos y no practicamos deporte, los músculos de todo
nuestro cuerpo se van atrofiando y se vuelven débiles por falta de uso. En el
momento que debemos forzar nuestro cuerpo por necesidad, nos sentimos cansados
antes de lo normal.
Estar
muchas horas sentados, incrementa la presión en la espalda y aunque al
principio no se noten molestias, al cabo del tiempo seguro que tiene sus
consecuencias.
Si
tu trabajo te obliga a conducir y estás muchas horas sentada al volante, no te
olvides de tomarte 15 minutos de ‘pausa en
movimiento’ cada dos horas. Aprovecha para estirar tus piernas dando grandes
zancadas acompañando el movimiento con los brazos.
Si
trabajas con ordenador, ten en cuenta cómo te sientas y cambia tu postura de
vez en cuando. Los reposapiés son muy útiles para tener las piernas un poco
elevadas y evitar la sensación de pesadez al cabo de las horas. Andar de vez en
cuando (aunque sea para ir al aseo) hará que te despejes del trabajo y que a la
vuelta tengas más energía para continuar con lo que estabas haciendo. Serás más
productiva si procuras tomarte tus pausas para moverte que si te quedas
apalancada delante del ordenador.
La silla
de
oficina
perfecta
Ésta debe adaptarse bien a la persona que la usa.
Debe tener la posibilidad de: giro, desplazamiento sobre ruedas, poder regular
la altura del asiento (lo correcto es que los pies puedan apoyarse totalmente en
el suelo), regulación de altura del reposabrazos y regulación de altura del
respaldo (para que la lumbar se apoye correctamente).
Dependiendo de la altura de la persona se regula la profundidad del asiento.
Dependiendo de la altura de la persona se regula la profundidad del asiento.
Cuando adquieras una silla, piensa en las diferentes
actividades que deseas realizar con ella. No es lo mismo estar sentado
escribiendo a mano que al ordenador, o archivando papeles. Ten en cuenta que la
inclinación del asiento y el respaldo se puedan regular.
Ah! Yo no lo sabía, pero
parece que hay algunas sillas en las que si no hay nadie sentado, las ruedas se
quedan ‘frenadas’. Esto evita que la silla se desplace en el momento que vas a
sentarte. Vale la pena tenerlo en cuenta si la silla se compra para una persona
de cierta edad y así evitar sustos.
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